Ser un criticón esconde muchas respuestas sobre la personalidad de uno mismo y su relación con los demás. Depende del tipo de crítica que se realice, diferentes investigaciones ofrecen perfiles de cómo son las personas y sus relaciones con sus allegados.
Criticar a terceros a la espalda: según una investigación de la Universidad de Wake Forest, las personas que hacen uso constante de este tipo de crítica como descalificación, tienden a la negatividad, a la infelicidad y pueden incluso acercarse a la depresión. Todo lo contrario que los que resaltan cualidades de terceras personas, que suelen mostrar personalidades más desarrolladas y tener vidas más plenas.
El amigo que siempre te critica (a la cara): probablemente sea uno de los amigos que más te quiere y más se preocupa por ti, aunque a veces esas críticas puedan molestar. La crítica, claro está, debe ser constructiva. Así se desprende de una investigación realizada por Universidad de Plymouth (Reino Unido). Generalmente, según este estudio, el amigo borde suele ser, curiosamente, el más empático.
Las críticas suelen ser un signo de inseguridad y suelen dañar a aquellas personas que también tienen inseguridades y frente a las más seguras y asertivas.
Desde el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid señalan que las críticas han de hacerse con tacto, ya que la mayoría de personas no las encajan bien de primeras. De hecho, un 70% suele sentirse herido al recibir una crítica y solo un 10% la acepta con serenidad.
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